La arquitectura sustentable, también conocida como arquitectura verde, eco-arquitectura y arquitectura sostenible, es un modo de concebir el diseño arquitectónico de manera sostenible, buscando optimizar recursos naturales y sistemas de la edificación, de manera que minimiza el impacto ambiental de los edificios sobre el medio ambiente y sus habitantes.[1]
Los principios de la arquitectura sustentable incluyen:
La consideración de las condiciones climáticas, la hidrografía y los ecosistemas del entorno en que se construyen los edificios, para obtener el óptimo rendimiento con el menor impacto ambiental.
La eficacia y moderación en el uso de materiales de construcción, primando los de bajo contenido energético frente a los de alto contenido energético.
Paisajismo con plantas autóctonas como apoyo al confort pasivo y a generar el habitar integrado a los ritmos naturales.
Contribuir a la disminución del efecto isla de calor y alteración de la infiltración y evaporación en suelos, en la elección de materiales para cubiertas, aceras, calles y parqueos.
Incluir estrategias para minimizar el consumo de agua potable y dar tratamiento y reuso a las aguas usadas.
Cosechar el agua de lluvia y administrar el efluente para no recargar las cuencas en los eventos pico, para evitar inundaciones.[1]