Alabastro

Cabeza en alabastro, siglo III-I a. C., Museo del Louvre.

El alabastro, palabra que proviene del latín alabastrum,[1]​ es una variedad de sulfato de calcio, del aljez o de piedra de yeso (sulfato cálcico hidratado) que se presenta bajo forma compacta, contrariamente a la selenita, que es una variedad fibrosa. Su nombre proviene del griego antiguo αλάβαστρος («alabastros»), que designaba una vasija sin asas, pues el alabastro era utilizado para elaborar vasijas de perfume sin asas.

El alabastro, como el aljez, o piedra de yeso, se raya con la uña (dureza Mohs 1,5 a 2). Su sistema cristalino es monoclínico. Esta variedad de aljez de grano fino se extrae de canteras españolas, inglesas o de la Toscana. El alabastro se emplea como piedra decorativa. Su blandura permite tallarlo con formas muy elaboradas. Soluble en el agua, no puede emplearse en el exterior.[2]

  1. Lajo Pérez, Rosina (1990). Léxico de arte. Madrid - España: Akal. p. 11. ISBN 978-84-460-0924-5. 
  2. Acta Eruditorum. Leipzig. 1733. p. 41. 

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