Estado socialista

En la actualidad, cinco Estados se declaran a sí mismos como socialistas.
     Estados socialistas de economía centralizada
     Estados socialistas con economía de mercado.

Un estado socialista (o república socialista) es aquel que se declara constitucionalmente dedicado a la construcción del socialismo.

Está estrechamente relacionado con la estrategia política del «socialismo de Estado», un conjunto de políticas gubernamentales dirigidas a la creación de una economía socialista en un solo país (esto es, una economía centralizada, planificada y que aplica un modelo de distribución de bienes de consumo con el criterio igualitario). Por otra parte, el término Estado obrero se usa para distinguir a un Estado donde la clase trabajadora controla la maquinaria del Estado pero no se ha establecido aún una economía socialista.

Este concepto se distingue del de Estado socialdemócrata o socioliberal, que generalmente se refieren a un Estado democrático liberal presidido por un partido electo por sufragio y que procura aplicar modelos redistributivos de justicia social, sin que persiga el desarrollo del socialismo.

La frase «Estado socialista» es utilizado en algunas ocasiones por marxistas-leninistas para referirse a un Estado bajo el control de un partido de vanguardia que organiza los asuntos económicos, sociales y políticos hacia la construcción del socialismo. Esto a menudo incluye por lo menos la nacionalización de los sectores estratégicos de la economía, operada normalmente de acuerdo con un plan de producción, al menos en las principales esferas productivas y sociales.[1]​ Bajo la definición leninista —determinada por las condiciones materiales de la Rusia de los años 1920—, el Estado socialista preside una economía capitalista estatal estructurada sobre la acumulación del capital dirigida por el Estado con el objetivo de aumentar las fuerzas productivas del país y promover la revolución socialista en todo el mundo, con la meta eventual, a largo plazo, de la construcción de una sociedad comunista.[2]

La mayoría de las teorías asumen la democracia generalizada como principio básico de un Estado socialista, entendida como la participación democrática de los trabajadores en todos los niveles de la administración estatal y económica, mientras que estas teorías varían en el grado en que consideran deben ser delegadas las decisiones de planificación económica en los funcionarios públicos y especialistas administrativos. Los Estados que carecen de democracia pero cuya economía está en gran medida en manos del Estado fueron denominados por León Trotski como «Estados obreros degenerados» o «deformados».[3]

  1. C.J. Atkins, 'The Problem of Transition: Development, Socialism and Lenin's NEP', Political Affairs Magazine, abril de 2009, http://www.politicalaffairs.net/article/articleview/8331/ (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última). accessed 30/7/09
  2. Lenin's Collected Works Vol. 27, p. 293, citado por Aufheben
  3. Leon Trotsky, The Workers’ State, Thermidor and Bonapartism, (febrero de 1935), New International (Nueva York), Vol.2 No.4, julio de 1935, pp.116-122. Trotsky sostiene que Rusia fue, en ese momento, un Estado obrero degenerado o «distorsionado» y no una república o Estado socialista, porque la «burocracia arrebató el poder de las manos de las organizaciones de masas», haciéndose necesaria la revolución política en lugar de una la revolución social completamente nueva, para recuperar el control político de los trabajadores (es decir, la democracia de Estado). Argumentó que se mantuvo sobre la base del Estado de los trabajadores porque los capitalistas y terratenientes habían sido expropiados. http://www.marxists.org/archive/trotsky/1935/02/ws-therm-bon.htm accessed 30/7/09

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