Guillermo II de Alemania

Guillermo II de Alemania

Fotografiado por T. H. Voigt, c. 1902

Emperador de Alemania
15 de junio de 1888-9 de noviembre de 1918
(30 años, 4 meses y 24 días)
Predecesor Federico III
Sucesor Friedrich Ebert
(como Reichspräsident)

Rey de Prusia
15 de junio de 1888-9 de noviembre de 1918
(30 años, 4 meses y 24 días)
Predecesor Federico III
Sucesor Friedrich Ebert
(como Ministro-presidente de Prusia)
Información personal
Nombre completo Federico Guillermo Víctor Alberto
Tratamiento Su Majestad Imperial y Real
Otros títulos Véase Títulos, honores y nombramientos
Nacimiento 27 de enero de 1859
Kronprinzenpalais, Berlín, Reino de Prusia, Confederación Germánica
Fallecimiento 4 de junio de 1941 (82 años)
Huis Doorn, Utrecht, Ocupación alemana de los Países Bajos
Sepultura Mausoleo de los jardines de Huis Doorn
Himno real Heil dir im Siegerkranz
Religión Protestante
Residencia Nuevo Palacio de Potsdam
Familia
Casa real Hohenzollern
Padre Federico III de Alemania
Madre Victoria del Reino Unido
Consorte
Hijos Véase familia
Información profesional
Condecoraciones Véase Títulos, honores y nombramientos
Mandos
Conflictos Primera Guerra Mundial

Firma Firma de Guillermo II de Alemania

Guillermo II de Alemania (en alemán: Wilhelm II; Berlín, 27 de enero de 1859-Doorn, 4 de junio de 1941) fue el último emperador alemán (Deutscher Kaiser) y rey de Prusia, reinando desde 1888 hasta su abdicación forzosa en 1918. Como nieto mayor de la reina Victoria, sus primos hermanos incluían al rey Jorge V del Reino Unido, la zarina Alejandra de Rusia y a las reinas María de Rumania y Victoria Eugenia de España. Fue segundo en la línea sucesoria, por detrás de su padre Federico de Prusia de su abuelo el emperador Guillermo I, por lo que al morir ambos con pocos meses de diferencia en 1888, el año de los tres emperadores, Guillermo ascendió al trono como emperador alemán y rey de Prusia. Entre sus primeras decisiones, estuvo el despido del canciller Otto von Bismarck el 20 de marzo de 1890, a raíz de su oposición a leyes antisocialistas que quería aprobar el canciller.

El nuevo emperador dio una impronta personal a su reinado, caracterizado por una gran puesta en escena (el guillerminismo), constantes viajes al extranjero (destacando el de Oriente Próximo en 1898), una importante promoción de la técnica y ciencia y discursos grandilocuentes con frecuencia controvertidos debido a su lenguaje exagerado y retórica propia de otra época. A pesar de sus grandes dotes para la oratoria, el contenido de sus discursos fue ampliamente discutido por la prensa y objeto de constantes controversias debido a su falta de tacto y por escapar a la supervisión del gobierno. El escándalo del Daily Telegraph en 1908, en la que el gobierno falló en corregir o matizar varias declaraciones incendiarias sobre política internacional, obligó al emperador a controlar sus discursos y conllevó la dimisión del canciller Bernhard von Bülow. Aunque no afectó a las relaciones internacionales, fue lo que dijo y no lo que hizo, lo que deterioró la reputación de Guillermo II.[1]

Tras la partida de Bismarck, la Alemania guillermina emprendió una política exterior más asertiva destinada a reclamar su «lugar bajo el Sol como nueva potencia mundial, cuestionando así la hegemonía de potencias tradicionales como el Reino Unido, Francia o Rusia. Entre las políticas internacionales cabe destacar la creación de una Flota de Alta Mar para competir con la Royal Navy, o la oposición a que Marruecos se convirtiera en colonia francesa, hecho que originaría la primera y la segunda crisis marroquí. El progresivo enfriamiento de las relaciones con el Reino Unido y Francia obligaron a Alemania a buscar alianzas con potencias en declive como Austria-Hungría, hecho que la enemistaría con Rusia debido a los conflictos balcánicos; y con el Imperio otomano, donde se proyectó la construcción del ferrocarril Berlín-Bagdad que crearía más fricciones con el Reino Unido.[2][3]​ La influencia real de Guillermo II en el desarrollo de dichas políticas sigue siendo motivo de debate, aunque recientemente se ha cuestionado su intervención directa, dada su personalidad a veces volátil y su falta de focalización en una política coherente. La política exterior alemana, en ocasiones contraria a los propios deseos del emperador, fue en gran medida obra de Leo von Caprivi (canciller entre 1890-94) y Bernhard von Bülow (secretario de exteriores desde 1897 y canciller entre 1900-1909).[4]

Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, Guillermo II fue progresivamente apartado por la cúpula militar, que consideraba sus intervenciones disruptivas. Con el nombramiento de Hindenburg y Ludendorff como líderes del Estado Mayor del Ejército Imperial Alemán, Alemania se fue convirtiendo progresivamente en una dictadura militar de facto. No obstante, el emperador aún conservó parte de su poder e influencia y hasta enero de 1917 se opuso firmemente a la guerra submarina a ultranza.[5]​ Tras el estallido de la Revolución alemana, Guillermo II, abandonado por sus generales y sus súbditos, partió al exilio en los Países Bajos durante la madrugada del 10 de noviembre de 1918. El 28 del mismo mes abdicó formalmente, poniendo fin a más de quinientos años de gobierno de la casa de Hohenzollern.

Vivió exiliado en Huis Doorn hasta su muerte en 1941.

  1. Clark, 2009, pp. 222
  2. Mustafa Sıtkı Bi̇lgi̇n. «The Construction of the Baghdad Railway and its Impact on Anglo-Turkish Relations, 1902–1913». Archivado desde el original el 20 de julio de 2021. Consultado el 6 de diciembre de 2016. 
  3. Jeff Reed. «Following The Tracks To War – Britain, Germany & The Berlin–Baghdad Railway». Oilpro. Archivado desde el original el 18 de marzo de 2017. Consultado el 6 de diciembre de 2016. 
  4. Clark, 2009, pp. 169, 173-174
  5. Clark, 2009, pp. 319-323

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