Hereo de Argos

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Hereo de Argos.

El Hereo de Argos era el templo principal del santuario en la Argólida dedicado a Hera, cuyo epíteto «Hera Argiva» (Here Argeie) resulta conocido para los lectores de Homero. La propia Hera afirmaba ser la protectora de Argos,[1]​ donde se guarda el recuerdo en una representación arcaica y anicónica de la Gran Diosa en un pilar.[2]​ El sitio, que podría ser el punto de origen del culto a Hera en la Grecia peninsular, se halla entre Argos y Micenas,[3]​ dos importantes ciudades micénicas. El viajero Pausanias, que visitó el sitio en el siglo II, se refiere a la región como Prosimna. Según Pausanias, Prosimna, Eubea y Acrea, las tres hijas del río Asterión, fueron las nodrizas de Hera.[4]

El centro del santuario era el templo, proyectado, realizado y realzado por la disposición del terreno en terrazas.

El templo se alzaba en la ladera del monte Acrea,[4]​ en cuya cima han aparecido los restos de la acrópolis micénica de Prosimna, y era el más importante de la región. La elección de este lugar pudo deberse a dos motivos:

  • El poder político argivo dependía del control de llanura y la posición prominente del Hereo debió ser un símbolo ostentoso de su autoridad.
  • También pudo estar condicionada por los restos de un asentamiento que data del Periodo Geométrico.

El periodo de mayor expansión constructiva del Hereo de Argos fue el siglo V a. C., y siguió funcionando como lugar de culto hasta la época romana, como se deduce de la descripción que hizo Pausanias del santuario.

  1. Ilíada, iv,50–52
  2. Burkert, III.2.2, nota 3
  3. Está cerca de Micenas y a 10 km de Argos.
  4. a b Pausanias, Descripción de Grecia ii.17.1.

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