Magnicidio

Asesinato del inquisidor Pedro de Arbués (1664), por Murillo (originalmente, en la Capilla de la Inquisición, Sevilla. En la actualidad, en el Museo del Hermitage, San Petersburgo). Arbués fue asesinado en 1485 en la Catedral de Zaragoza (España) por un grupo de judeoconversos para detener la implantación de la Inquisición en el Reino de Aragón.
Litografía del asesinato del presidente estadounidense Abraham Lincoln.
Atentado contra Lenin, obra de Vladimir Pchelin (1927)

El magnicidio es la muerte violenta dada a una persona poderosa o con un cargo importante,[1]​ usualmente una figura política. El magnicida suele tener una motivación ideológica o política, y la intención de provocar una crisis política o eliminar un adversario o contrario, que considera un obstáculo para llevar a cabo sus planes.

La figura del magnicidio ha sido históricamente la más penada en los diferentes Estados a lo largo de la historia penal. Puede estar tratado como agravante del asesinato, o como un tipo propio. En general, exige que se produzca la muerte de una o más personas determinadas en función de su cargo y se reúnan los tipos de asesinato u homicidio en la comisión del delito.

En algunos Estados la figura queda reducida a la muerte del jefe de Estado. En otros es más amplia, pues incluye al presidente del Gobierno o primer ministro, a los presidentes del Parlamento o Congreso y a la familia de los jefes de Estado, cuando el sistema es una monarquía. En este último caso, se incluye la muerte de los sucesores o herederos directos de la Corona.

El término se ha utilizado también para nombrar los asesinatos de renombrados dirigentes políticos, como por ejemplo al asesinato de presidentes, expresidentes, vicepresidentes, candidatos presidenciales, fundadores de Estados, primer ministros y ex primer ministros.

  1. Diccionario de la lengua española (Real Academia Española),

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