Maltrato infantil

El maltrato infantil o abuso infantil[1]​ es una tarea complicada, aunque existe un amplio acuerdo sobre la definición, plasmada en la Convención de los Derechos del Niño, ya que en ella coexisten diferentes perspectivas: psicológica, médica y sociológica. En el Nuevo diccionario para el análisis e intervención social con infancia y adolescencia además de la definición citada anteriormente son referidas otras dos definiciones que aparecen en la literatura técnica.[2]

1. Toda violencia, perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, mientras que el niño se encuentre bajo la custodia de sus padres, de un tutor o de cualquiera otra persona que lo tenga a su cargo. (convención de los derechos del niño de Naciones Unidas, artículo 19. Ver anexo 1).

2. Cualquier acción u omisión no accidental en el trato hacia un menor de edad, por parte de sus padres o cuidadores, que le ocasiona daño físico o psicológico y que amenaza su desarrollo integral.

3. Abusos y/o trato negligente del que son objeto los menores de edad por parte de sus padres o cuidadores, incluyendo todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, exposición a la violencia de género, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño/a o poner en peligro su supervivencia.[3]
Solís de Ovando Segovia

El maltrato infantil ha sido un conflicto que ha persistido desde los pueblos y civilizaciones de la antigüedad en que se utilizaba a los niños, niñas y adolescentes para realizar sacrificios y rituales. Sin embargo, según este texto, no hace tanto tiempo que la sociedad obtuvo control sobre el abuso en las personas menores de edad. En los Estados Unidos se creó una organización la cual, se dedicó ayudar a niños desamparados y la misma fue conocida como Child Welfare Movement (Movimiento Bienestar de la Infancia). Además surgieron otras organizaciones contra el maltrato infantil tal como la Sociedad Neoyorquina para la Reforma de los Delincuentes Juveniles en 1825, cuyo propósito fue ayudar a niños maltratados y abandonados por padres o familiares. Años más tarde se fundó en el estado de Nueva York la Society for Prevention of Cruelty of Children / Sociedad para la prevención de la crueldad contra niños la cual, surgió como fuente de inspiración para desarrollar otras organizaciones contra el abuso infantil en los Estados Unidos y Europa. Aunque, según el texto, en 1874 fue la primera vez que se ganó un caso referido al abuso o maltrato de infantil cuando una menor de nueve años nativa del estado de Nueva York fue sometida a abuso físico. Una trabajadora de caridad ayudó a la criatura y la misma acudió a la Sociedad Americana para la Prevención de crueldad de los animales donde la trabajadora, encargada del caso de la menor, expresó lo siguiente: «La menor merecía tanta protección como un perro común» y con estos testimonios pudieron ganar el caso.[4]

Existen distintos tipos de maltrato infantil fuera del maltrato infra-familiar, como jardines de infantes, escuelas, o clubes deportivos. Es por eso que también existen distintos tipos de maltrato, los cuales son:

  • Maltrato físico: representa la acción no accidental de algún adulto que provoca daño físico o enfermedad en el niño, o que lo coloca en grave riesgo de padecerlo como consecuencia de alguna negligencia intencionada.
  • Abandono físico: es aquella situación en la que las necesidades físicas básicas del menor no son atendidas adecuadamente por ningún adulto del grupo que convive con él.
  • Abuso sexual: se trata de cualquier clase de placer sexual con un niño por parte de un adulto desde una posición de poder o autoridad, no siendo necesario que exista un contacto físico, utilizándose al niño como objeto de estimulación sexual. Incluye el incesto, la vejación sexual, la violación y el abuso sexual sin contacto físico.
  • Maltrato emocional: está constituido por conductas de los padres o cuidadores, como insultos, rechazos, amenazas, humillaciones, desprecios, burlas, críticas, aislamiento, atemorización, que causen o puedan causar deterioro en el desarrollo social, emocional o intelectual del niño.
  • Abandono emocional: ocurre cuando el niño no recibe el afecto, la estimulación, el apoyo y la protección necesarios en cada estadio de su evolución y, por lo tanto, se inhibe su desarrollo óptimo. Existe una falta de respuesta por parte de los padres o cuidadores a las expresiones emocionales del niño o a sus intentos de interacción o aproximación.
  • Síndrome de Münchhausen: se presenta cuando los padres o cuidadores del niño lo someten a continuas exploraciones médicas, suministro de medicamentos o ingresos hospitalarios, alegando síntomas ficticios o generados de manera activa por el adulto.
  • Maltrato institucional: se trata de cualquier legislación, procedimiento, actuación u omisión procedente de los poderes públicos o de la actuación individual del profesional que comporte el abuso, la negligencia, el detrimento de la salud, la seguridad, el estado emocional, el bienestar físico, la correcta maduración, o que viole los derechos básicos del niño o de la infancia.[5]
  • Otras formas de maltrato: además de estas, puede haber otras formas de maltrato, tales como obligar al menor a que realice actividades delictivas, a que lleve a cabo la mendicidad e, incluso la sobreprotección por parte de sus familiares.
  1. Existe una preferencia cada vez mayor por el término «maltrato infantil» frente al de «abuso infantil», por cuanto el primero resulta más inclusivo respecto de las distintas condiciones que puede presentar y porque reduce el impacto emocional del término «abuso»; cf. Oscar Osvaldo Camacho Mata y Gonzalo Musitu Ochoa, El maltrato infantil..., pág. 29.
  2. Solís de Ovando Segovia, René,. Nuevo diccionario para el análisis e intervención social con infancia y adolescencia (Primera edición edición). ISBN 978-84-16760-60-2. OCLC 994812183. Consultado el 18 de abril de 2020. 
  3. Solís de Ovando Segovia René Nuevo diccionario para el análisis e intervención social con infancia y adolescencia, pág. 226.
  4. Gomez de Terrenos, I. (1995). Los profesionales de la salud ante el maltrato infantil: Granada: Comares, pp. 15-50.
  5. Roberto Glorio, «Violencia Infantil», página 206.

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