Kisaeng (también dicho gisaeng), y a veces llamadas ginyeo (기녀), eran mujeres coreanas, esclavas sexuales, dedicadas al entretenimiento, similares a la oiran japonesa y a la antigua hetaira griega. Las kisaeng eran artistas que trabajaban entreteniendo a otros, tales como los yangban y reyes.[1] Muchas eran prostituidas, sobre todo cuando chicas de pueblo eran vendidas para convertirse en kisaeng y las convertían en prostitutas por sus condiciones de pobreza.[2] Las familias pobres las vendían desde los ocho años y su carrera como kisaeng era muy corta, iniciaban a la edad de 16 y terminaban a los 22.
Su primera aparición fue en la Dinastía Goryeo, las kisaeng eran el entretenimiento legal del gobierno, que también realizaban varias fundaciones para el estado. Eran cuidadosamente entrenadas y frecuentemente introducidas en las bellas artes, la poesía y prosa, aunque a veces sus talentos eran ignorados debido a su estatus social inferior.
Las mujeres kisaeng tenían varios roles. Además del entretenimiento, sus tareas consistían en la enfermería y costura.[3] En algunos casos, tales como en las bases del ejército, las kisaeng desempeñaban varios papeles.
Las kisaeng, históricas o ficticias, tienen un papel importante en los conceptos de la cultura coreana de la Dinastía Joseon. Algunos de las historias más antiguas y populares de Corea, tales como el cuento de Chunhyang, las kisaeng tienen un papel de heroínas.[4] Aunque los nombres de la mayoría las verdaderas kisaeng han sido olvidados, algunos todavía se recuerdan, ya sea por su talento o lealtad. La más famosa de estas es la kisaeng del siglo XVI, Hwang Jin-yi.[5]
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