La vergencia se refiere al movimiento simultáneo de ambos ojos en direcciones opuestas para obtener o mantener una sola visión binocular.[1]
Cuando un animal con visión binocular observa un objeto, los ojos deben rotar alrededor de un eje vertical de forma que la proyección de la imagen quede en el centro de la retina de ambos ojos. A la hora de observar un objeto más cercano, los ojos rotan uno hacia el otro (convergencia), mientras que a la de observar un objeto más lejano, rotan alejándose uno del otro (divergencia). La convergencia exagerada se llama visión cruzada (o «bizca», por ejemplo, al enfocarse en la nariz). Al mirar a lo lejos, los ojos divergen hasta quedar paralelos, fijándose efectivamente en el mismo punto en el infinito (o muy lejos).
Los movimientos de vergencia están estrechamente conectados con la acomodación del ojo. En condiciones visuales normales, ver un objeto a una distancia diferente provoca de manera automática cambios tanto en la vergencia como en la acomodación, conocidos a veces como reflejo de acomodamiento-convergencia. En condiciones visuales no típicas, por ejemplo al observar un estereograma, la vergencia y la acomodación de los ojos no coinciden, dando como resultado que el espectador experimente un conflicto de vergencia-acomodamiento.
Frente a la velocidad de 500°/s de los movimientos sacádicos, los movimientos de vergencia son mucho más lentos, en torno a 25°/s. Los músculos extraoculares pueden tener dos tipos de fibras, cada una con su propia inervación. De ahí que exista un mecanismo dual.
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