Ch

Ch es un dígrafo del alfabeto latino utilizado en varios idiomas para representar diversos sonidos, cuyo nombre es femenino (la "ce hache" o la "che", plural las "ches"). En español, representa una consonante africada postalveolar sorda, /t̠͡ʃ/, y fue considerada la cuarta letra y tercera consonante del alfabeto español entre 1754[1]​ y 2010.[1]

Es la segunda letra del alfabeto mixteco[2]​ y el alfabeto quechua, la tercera del alfabeto guaraní y la cuarta del alfabeto chamorro y el alfabeto chabacano, y la sexta del alfabeto choctaw. En otros idiomas este sonido se escribe como una sola letra, como la č del checo. Antes de 1815, se usaba también en unos vocablos de origen griego y hebreo para representar [k].

  1. a b «Desde la segunda edición de la ortografía académica, publicada en 1754, venían considerándose letras del abecedario español los dígrafos ch y ll (con los nombres respectivos de che y elle), seguramente porque cada uno de ellos se usaba para representar de forma exclusiva y unívoca un fonema del español (antes que la extensión del yeísmo alcanzara los niveles actuales y diera lugar a que hoy el dígrafo ll represente dos fonemas distintos, según que el hablante sea o no yeísta). Es cierto que se diferenciaban en esto de los demás dígrafos, que nunca han representado en exclusiva sus respectivos fonemas: el fonema /g/ lo representa también la letra g ante a, o, u (gato, goma, gula); el fonema /k/ se escribe además con c ante a, o, u y con k (cama, cola, cuento, kilo, Irak); y el fonema /rr/ se representa con r en posición inicial de palabra o detrás de consonante con la que no forma sílaba (rama, alrededor, enredo).

    Sin embargo, este argumento no es válido desde la moderna consideración de las letras o grafemas como las unidades mínimas distintivas del sistema gráfico, con independencia de que representen o no por sí solas una unidad del sistema fonológico. Por lo tanto, a partir de este momento, los dígrafos ch y ll dejan de ser considerados letras del abecedario español, lo cual no significa, naturalmente, que desaparezcan de su sistema gráfico; es decir, estas combinaciones seguirán utilizándose como hasta ahora en la escritura de las palabras españolas. El cambio consiste, simplemente, en reducir el alfabeto a sus componentes básicos, ya que los dígrafos no son sino combinaciones de dos letras, ya incluidas de manera individual en el inventario. Con ello, el español se asimila al resto de las lenguas de escritura alfabética, en las que solo se consideran letras del abecedario los signos simples, aunque en todas ellas existen combinaciones de grafemas para representar algunos de sus fonemas.». Citado en RAE y ASALE (2010). Ortografía de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe. pp. 64-65. ISBN 978-6-070-70653-0. 
  2. El Alfabeto Práctico del Idioma Mixteco Archivado el 27 de septiembre de 2013 en Wayback Machine. en: Diccionario Temático CIESAS. Consultado el 31 de octubre de 1991.

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