Convenciones de Nutca

Capitán Juan Francisco de la Bodega y Quadra, Marina real, hacia 1785.

Las Convenciones de Nutca o de Nutka fueron una serie de tres acuerdos entre España y Gran Bretaña, firmados en 1790, 1793 y 1794 que evitaron una guerra entre los dos países por sus reclamaciones sobre los mismos territorios de la costa noroeste del Pacífico en América del Norte. Los tratados resolvieron el conflicto que había comenzado cuando España tomó la isla de Nutca, que reclamaban las dos partes.

Las convenciones de Nutca resolvieron la disputa y abrieron la costa del Pacífico desde el Territorio de Oregón hasta la Columbia Británica a los asentamientos británicos. Las reclamaciones de España databan de tres siglos antes cuando la bula papal Inter coetera de 1493 dividió el mundo y reconoció para España derechos exclusivos a establecerse en la costa del Pacífico en América del Norte.

Las reclamaciones británicas a la región databan del viaje de Francis Drake en 1579 y también por los derechos de descubrimiento del capitán James Cook en 1778, aunque expediciones españolas habían llegado más al norte en 1774 (con Juan José Pérez Hernández) y en 1775 (con Bruno de Heceta y Juan Francisco de la Bodega y Quadra).[1]

La disputa comenzó cuando España, en defensa de sus reclamaciones, desalojó el establecimiento del británico John Meares en la isla Nutca, iniciando una confrontación entre España y el Reino Unido conocida como Crisis de Nutca, que amenazó con una guerra por el control del Pacífico y en la práctica, de América del Norte. Rusia era también parte interesada, debido a que su presencia comercial y sus reclamaciones se extendían hasta California; esta fue la principal razón para que los españoles intentaran reforzar sus reclamaciones en la zona.

Las Convenciones de Nutca en la década de 1790, negociadas por George Vancouver y su contraparte español Juan Francisco de la Bodega y Quadra, previnieron la intensificación de la disputa. Un principio de acuerdo que permitió desmovilizar las flotas de ambos países se estableció mediante una declaración británica y otra española el 24 de julio de 1790, firmadas por el secretario de Estado español, el Conde de Floridablanca, y por el enviado plenipotenciario inglés, lord Alleyne Fitz-Herbert.

  1. Pethick, Derek, The Nootka Connection, p. 258, Vancouver, Douglas & McIntyre, 1980

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