Corona triunfal

Representación esquemática de la lavrĕa o corona triunfal

La corona triunfal (también, corona de laurel, láurea o lauréola) es una corona formada por hojas de laurel, generalmente entregada como recompensa a poetas (poeta laureado), deportistas y guerreros en la antigua Grecia y en la antigua Roma, donde también se convirtió en un atributo de los Emperadores en la época imperial. Consistía en un cerco de ramas, inicialmente de laurel (de allí en latín: lavrĕa), pero luego en oro.[1]

En cuanto al nombre latino de esta corona (lavrĕa o laura), ha generado una familia de palabras en diversos idiomas; por ejemplo, el adjetivo español: laureada/o y el nombre propio Laura. Es aún objeto de conjetura el que exista o no, en la etimología de esta denominación, una posible relación filológica con el nombre de la doble hacha cretominoica (labrix). Los orígenes no están del todo precisados, pero parece indiscutible su relación con una corona vegetal semejante: la de olivos que se otorgaba a los ganadores griegos de los Juegos Olímpicos; muchos consideran que Julio César utilizó la corona de oro imitando dos ramos de laurel para disimular su calvicie. En cualquier caso, durante los homenajes de triunfo a los generales romanos victoriosos, se coronaba a éstos con láureas, es decir, eran laureados.[1]

Esta corona se ha mantenido como símbolo de la victoria hasta nuestros días, y destaca su uso heráldico, que siempre simboliza la victoria, aunque en escudos de varios países hispanoamericanos, el símbolo de la láurea adquiere un significado adicional de connotaciones, pues no solo simboliza el triunfo bélico sino también la victoria de la libertad. En cuanto al adjetivo laureado/a, contemporáneamente significa la persona que ha logrado cumplir y superar las exigencias de educación y cultura, especialmente al concluir los estudios medios (o "secundarios") y, sobre todo, los universitarios.

  1. a b Rich, 1883, p. 194.

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