Darwinismo social

Herbert Spencer, fue uno de los principales teóricos e impulsores del darwinismo social, resultado de la tergiversación y de la aplicación a la sociedad de la teoría de la evolución de Charles Darwin.

El darwinismo social es el estudio y la implementación de diversas teorías pseudocientíficas y prácticas sociales que pretenden aplicar conceptos biológicos de selección natural y supervivencia del más apto a la sociología, la economía y la política, y que fueron definidos en gran medida por académicos de Europa occidental y América del Norte en la década de 1870.[1][2]​ El darwinismo social postula que los fuertes ven aumentar su riqueza y poder, mientras que los débiles ven disminuir su riqueza y poder. Las distintas escuelas de pensamiento darwinista difieren en cuanto a qué grupos de personas son los fuertes y cuáles son los débiles, y también difieren en cuanto a los mecanismos precisos que premian la fuerza y castigan la debilidad. Muchos de estos puntos de vista hacen hincapié en la competencia entre individuos en el capitalismo de libre mercado (laissez faire), mientras que otros hacen hincapié en la lucha entre grupos nacionales o raciales, como se puede observar en la eugenesia, el racismo, el imperialismo o el fascismo.[3][4][5]​ La ideología del darwinismo social inspiró a los autores de genocidios como el armenio y el holocausto.

El darwinismo social perdió popularidad como concepto supuestamente científico tras la Primera Guerra Mundial, y fue desacreditado en gran parte al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en parte por su asociación con el nazismo y en parte por el creciente consenso científico de que carecía de fundamento.[6][7]​ Las hipótesis posteriores que se clasificaron como darwinismo social fueron descritas generalmente como una crítica por sus oponentes; sus defensores no tienden a identificarse con esta etiqueta.[7][8]​ Los creacionistas han mantenido con frecuencia que el darwinismo social ―que conduce a políticas diseñadas para premiar a los más competitivos― es una consecuencia lógica del darwinismo (la teoría de la selección natural en biología).[9]​ Los biólogos y los historiadores han afirmado que se trata de una falacia naturalista, ya que la teoría de la selección natural solo pretende ser una descripción de un fenómeno biológico y no debe considerarse que este fenómeno sea bueno o que deba utilizarse como guía moral en la sociedad humana.[10]​ Aunque la mayoría de los estudiosos reconocen algunos vínculos históricos entre la popularización de la teoría de Darwin y las formas de darwinismo social, también sostienen que el darwinismo social no es una consecuencia necesaria de los principios de la evolución biológica.

Los académicos debaten hasta qué punto las diversas ideologías darwinistas sociales reflejan las propias opiniones de Charles Darwin sobre las cuestiones sociales y económicas del ser humano. Sus escritos tienen pasajes que pueden interpretarse como opuestos al individualismo agresivo, mientras que otros pasajes parecen promoverlo.[11]​ Los primeros puntos de vista evolutivos de Darwin y su oposición a la esclavitud iban en contra de muchas de las afirmaciones que los darwinistas sociales acabarían haciendo sobre las capacidades mentales de los pobres y los indígenas coloniales.[12]​ Tras la publicación de El origen de las especies en 1859, una corriente de seguidores de Darwin, liderada por Sir John Lubbock, argumentó que la selección natural dejaba de tener efectos notables en los seres humanos una vez que se habían formado sociedades organizadas.[13]​ Sin embargo, algunos académicos sostienen que la visión de Darwin cambió gradualmente y llegó a incorporar puntos de vista de otros teóricos como Herbert Spencer.[14]​ Spencer publicó sus ideas evolutivas lamarckianas sobre la sociedad antes de que Darwin publicara su hipótesis en 1859,[15]​ y tanto Spencer como Darwin promovieron sus propias concepciones de los valores morales. Spencer apoyaba el capitalismo del laissez-faire basándose en su creencia lamarckiana de que la lucha por la supervivencia estimulaba la superación personal que podía ser heredada.[16]​ Un importante defensor en Alemania fue Ernst Haeckel, que popularizó el pensamiento de Darwin y su interpretación personal del mismo, y lo utilizó también para contribuir a un nuevo credo, el movimiento monista.

  1. kanopiadmin (14 de abril de 2011). «The Real William Graham Sumner». Mises Institute (en inglés). Consultado el 15 de octubre de 2023. 
  2. Williams, Raymond (2000). "Social Darwinism". In John Offer (ed.). Herbert Spencer: Critical Assessment. London; New York: Routledge. pp. 186–199. ISBN 9780415181846.
  3. Gregory Claeys (2000). The "Survival of the Fittest" and the Origins of Social Darwinism. Journal of the History of Ideas 61 (2):223-240.
  4. Bowler, 2003, pp. 298–299
  5. Leonard, Thomas C. (2009) Origins of the Myth of Social Darwinism: The Ambiguous Legacy of Richard Hofstadter's Social Darwinism in American Thought Journal of Economic Behavior & Organization 71, p.37–51
  6. «Social Darwinism». History.com. Consultado el 31 de mayo de 2019. 
  7. a b Bannister, Robert C. (2000). «Social Darwinism». Microsoft Encarta Online Encyclopedia 2000. Archivado desde el original el 21 de agosto de 2019. Consultado el 15 de abril de 2021. 
  8. Hodgson, 2004, pp. 428–430
  9. Paul, Diane B. in Gregory Radick (5 de marzo de 2009). The Cambridge Companion to Darwin. Cambridge University Press. pp. 219-20. ISBN 978-0-521-71184-5. «Like many foes of Darwinism, past and present, the American populist and creationist William Jennings Bryan thought a straight line ran from Darwin's theory ('a dogma of darkness and death') to beliefs that it is right for the strong to crowd out the weak». 
  10. Sailer, Steve (30 de octubre de 2002). «Q&A: Steven Pinker of 'Blank Slate'». UPI. Archivado desde el original el 5 de diciembre de 2015. Consultado el 5 de diciembre de 2015. 
  11. Bowler, 2003, pp. 300–01
  12. Adrian Desmond and, James Richard Moore (2009). Darwin's Sacred Cause: How a Hatred of Slavery Shaped Darwin's Views on Human Evolution. New York: Houghton Mifflin Harcourt. 
  13. Eddy, Matthew Daniel (2017). «The Politics of Cognition: Liberalism and the Evolutionary Origins of Victorian Education». British Journal for the History of Science 50 (4): 677-699. PMID 29019300. doi:10.1017/S0007087417000863. (requiere suscripción). 
  14. Claeys, Gregory (2000). «The 'Survival of the Fittest' and the Origins of Social Darwinism». Journal of the History of Ideas 61 (2): 223-40. S2CID 146267804. doi:10.1353/jhi.2000.0014. 
  15. Spencer, Herbert (1852). «4"A Theory of Population, Deduced from the General Law of Human Fertility». Westminster Review 57: 468-501. 
  16. Bowler, 2003, pp. 301–02

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