Dioniso

Dioniso, escultura en mármol, siglo II a. C., Museo del Louvre
Dioniso (sentado en un trono) con Helios, Afrodita y otros dioses. Fresco antiguo de Pompeya.
Las ménades, compañeras de Dioniso

En la mitología griega, Dioniso (en griego clásico y moderno: Διόνυσος [Diónysos], también conocido entre griegos y romanos como Baco (Βάκχος [Bácchos]; en latín Dyonisus / Bacchus, Baco), es uno de los considerados dioses olímpicos. Era el dios de la fertilidad y el vino[1]​ y en la versión más común es considerado hijo de Zeus y Sémele.[2]​ Dioniso era inspirador de la locura ritual y el éxtasis, y se convirtió gradualmente en un personaje importante de la mitología griega. Aunque los orígenes geográficos de su culto son desconocidos, casi todas las tragedias lo presentan como «extranjero».[3]​ Se le representaba como un joven afeminado de pelo largo y disoluto o bien un dios anciano barbudo, a menudo con síntomas de ebriedad. Entre sus atributos usuales figuran el tirso (un bastón coronado con una piña), una copa y una corona de hiedra.

También es el dios patrón de la agricultura y el teatro, así como es conocido como el ‘Libertador’ (Eleuterio), liberando a uno de su ser normal, mediante la locura, el éxtasis o el vino.[4]​ La misión divina de Dioniso era mezclar la música del aulós y dar final al cuidado y la preocupación.[5]​ Como divinidad vinícola se le vinculaba con Deméter (el pan) como alimento básico, invocado también por sus propiedades farmacológicas y anímicas («medicina contra las penas») y estimulador de la palabra, la sociabilidad y la franqueza.[6]​ Los investigadores han discutido la relación de Dioniso con el «culto de las almas» y su capacidad para presidir la comunicación entre los vivos y los muertos.[7]

Dioniso posteriormente fue conocido Baco,[8]​ el frenesí que inducía era la bakcheia, sus sacerdotisas las bacantes y dio en español la voz «bacanal». Los poetas romanos lo denominaban como Líber o Padre Líber. Con el paso del tiempo Dioniso fue adoptando diferentes facetas de dioses y aspectos extranjeros o mistéricos, con influcencia tracia, frigia, egipcia u órfica. Entre estas advocaciones se encuentran Sabacio, Zagreo o Yaco; ora epítetos de Dioniso, ora dioses independientes.

No debe confundirse Dioniso con Dionisio; Dioniso es el teónimo del dios del vino, en tanto que Dionisio es un nombre propio masculino, como por ejemplo, Dionisio de Halicarnaso.

  1. Real Academia Española. «dionisia». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  2. Hesíodo: Teogonía 940; Himnos homéricos I, VII y XXVI
  3. «Dionysus». Encyclopædia Britannica. 
  4. Sutton (1992), pág. 2, menciona a Dioniso como El Libertador en relación con las Dionisias.
  5. Fox (1916), pág. 221: «La misión divina de Dioniso era mezclar la música de la flauta y traer el cese al cuidado». Fox cita entonces a Eurípides como una fuente directa para esta afirmación:
    Santa señora de los dioses, santa que bajo la tierra mueves tu ala de oro, ¿oyes esto a Penteo? ¿Oyes su impía blasfemia contra Bromio, el hijo de Sémele, el demonio que en las fiestas de hermosas coronas es el primero de los bienaventurados? Aquel que sabe danzar en comitiva y reír con la flauta y quitar los cuidados, cuando del vino llega la gala en el banquete de los dioses, y en las fiestas en que se lleva yedra la copa envuelve en sueño a los mortales.
    Eurípides, Las bacantes 370–85
  6. Mariño Sánchez, 2014, p. 357.
  7. Riu (1999), capítulo 4 (Happiness and the Dead), pág. 105: «Dioniso preside sobre las comunicaciones con los muertos».
  8. En Grecia «tanto el devoto como el dios se llaman Baco.» (BURKERT, Walter (1985). Greek religion. Cambridge: Harvard University Press. p. 162. ISBN 9780674362802.  Señalando, para el iniciado, a EURÍPIDES (Bacantes 491), y para el dios, que solo es «Dioniso», SÓFOCLES (Edipo rey 211) y EURÍPIDES (Hipólito 560).

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