Ecce homo

Ecce Homo por Quentin Massys, ca. 1520.

Ecce homo ("este es el hombre" o "he aquí el hombre" en castellano) es la traducción que en la Vulgata latina se dio al pasaje del Evangelio de Juan (19:5) que en el griego original es ἰδοὺ ὁ ἄνθρωπος (idoù ho ánthropos). Se trata de las palabras pronunciadas por Poncio Pilato, el gobernador romano de Judea, cuando presentó a Jesús de Nazaret ante la muchedumbre hostil a la que sometía el destino final del reo (puesto que él se lavaba las manos, o sea, eludía su responsabilidad —Mateo 27:24—[1]​).

Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre![2]

La escena sucede tras la flagelación de Cristo atado a la columna, y la coronación de espinas (en otros evangelios el orden de estos hechos es diferente).

En tanto que la frase evangélica es una presentación cuasi-judicial (similar, de hecho, al término jurídico habeas corpus), su uso coloquial está vinculado a una imagen física de deterioro, con el sentido de físicamente maltrecho, en enunciados tales como «vino hecho un ecce homo».[3]

  1. Bible gateway NVI
  2. Bible gateway RVR 1960
  3. Real Academia Española. «eccehomo». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 

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