Estereotipo

El judío errante, grabado de Gustave Doré, caricatura basada en estereotipos.
Un grabado neerlandés del siglo XVIII de los pueblos del mundo, que representa a los habitantes de Asia, América y África como salvajes. Abajo están mostrando un inglés, un neerlandés, un alemán y un francés.

Se conoce con el nombre de estereotipo (del griego: στερεός [stereós], «sólido», y τύπος [typos], «impresión, molde»)[1]​ a la percepción o creencias generalizadas, que se tiene sobre un determinado grupo o categoría de personas.[2][3]​ Regularmente los estereotipos son una preconcepción generalizada que obedece a un conjunto de creencias sobre cualidades y atributos que se adjudican a un grupo de personas, en donde se ven mezclados en elementos culturales, sociales y económicos que resultan en la representación rígida y falsa o inexacta de la realidad.[4]

El término se usa a menudo en un sentido negativo, al considerarse que los estereotipos son creencias ilógicas pero algunas personas le dan la importancia que se les transmite por generación haciendo que limiten la creatividad y que sólo se pueden cambiar mediante el razonamiento personal sobre ese tema.[5]​ Los estereotipos incluyen una amplia variedad de alegaciones sobre diversos grupos raciales y predicciones de comportamiento basadas en el estatus social o la riqueza. Son esquemas de pensamiento o esquemas lingüísticos preconstruidos que comparten los individuos de una misma comunidad social o cultural.[6]

Existe una tripartición que nos permite entender cómo funcionan los estereotipos en las sociedades. Por un lado existe un componente cognitivo que nos permite reconocer un estereotipo porque encuadra con conocimientos previos que ya tenemos sobre el mismo, es una categoría que nos permite identificar y reconocer fácilmente a ciertos grupos. Por otro lado también existe un componente afectivo, donde entran en juego los sentimientos que experimentamos en relación con ese estereotipo, que pueden ser de prejuicio u hostilidad, o bien, ser positivos. Finalmente en todo estereotipo hay un componente comportamental que supone llevar a la práctica acciones asociadas a esos sentimientos experimentados frente a ciertos estereotipos. Por ejemplo, cuando se le niega un trabajo a alguien por pertenecer a un grupo determinado. Estos tres componentes no necesariamente aparecen todos juntos, uno puede asociar a unos grupos características negativas sin sentir hostilidad o reticencia hacia el mismo y sin excluirlos de ámbitos sociales como el trabajo.

Representar a alguien con ciertas características remite a un estereotipo, manifestar desprecio u hostilidad por su grupo de pertenencia se relaciona con un prejuicio, y finalmente llevar adelante acciones sobre la base de esos prejuicios supone una discriminación.[7]

  1. Real Academia Española. «estereotipo». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Consultado el 28 de diciembre de 2014. 
  2. Malgesini, Graciela; Giménez, Carlos (2000). Guía de los conceptos sobre migraciones, racismo e interculturalidad. Los Libros de la Catarata. p. 406. ISBN 978-848-319-095-1. 
  3. «Estereotipos y prejuicios- concepto». Consultado el 18 de septiembre de 2021. 
  4. González-Gabaldón, Blanca (1 de marzo de 1998). Comunicar 6 (12): 79-88. ISSN 1134-3478. doi:10.3916/c12-1999-12 http://dx.doi.org/10.3916/c12-1999-12 |url= sin título (ayuda). Consultado el 16 de diciembre de 2021. 
  5. Robyn Quin, Barrie Mcmahon (1987). «estereotipos negativos». Historias y estereotipos. Madrid: Ediciones de la Torre. ISBN 84-7960-086-1. 
  6. Herrero Cecilia, Juan. «La teoría del estereotipo aplicada a un campo de la fraseología: las locuciones expresivas francesas y españolas». Consultado el 13 de octubre de 2012. 
  7. Amossy, Ruth; Herschberg Pierrot, Anne (2001). Estereotipos y clichés. Eudeba. p. 39.  Texto «ubicación» ignorado (ayuda)

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