Grabado al aguatinta

La campesina, aguatinta de Jean-Baptiste Le Prince.

Los grabados al aguatinta surgen en el siglo XVIII, por el empeño de los artistas de recrear en los grabados el efecto de las acuarelas y de los dibujos a la aguada. Entre los artistas que practicaron esta técnica, se cuenta el español Goya, y su inventor tuvo que ser el francés Jean-Baptiste Le Prince.

El aguatinta es un proceso de grabado en hueco, similar al aguafuerte, que produce una estampa con un aspecto totalmente distinto. Se exponen a la acción del ácido amplios segmentos de la lámina, creando zonas tonales más que líneas. Para crear un grabado al aguatinta, se rocían con resina ciertas zonas de la lámina y se calienta ésta para que la resina quede adherida. A continuación se sumerge la lámina en un ácido suave que disuelve la superficie en las zonas que no están cubiertas por la resina. Si el artista quiere que, una vez terminado el grabado a la aguatinta, algunas zonas queden más oscuras que otras, expondrá estas a una acción más prolongada del ácido que acabará picándolas y así retendrán mejor la tinta. El método de la aguatinta resulta difícil de controlar y suele ser utilizado en combinación con las técnicas del grabado al aguafuerte y del grabado a punta seca.

El sueño de la razón produce monstruos, Francisco Goya (1797 - 1799) creado usando aguatinta (notar fondo sombreado) y técnicas de grabado.

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