Horus

Horus.
Estatua de Horus y Seth colocando la corona del Alto Egipto en la cabeza de Ramsés III. XX dinastía, principios del siglo XII antes de Cristo.
Estatua de Horus y Seth colocando la corona del Alto Egipto en la cabeza de Ramsés III. XX dinastía, principios del siglo XII antes de Cristo.

Horus («halcón»; también «el elevado», «el distante») es una de las más importantes deidades del antiguo Egipto, que desempeñaba numerosas funciones, de manera más notable como dios de la realeza y del cielo en la mitología egipcia, así como de la guerra y de la caza.[1]​ A veces se le consideraba como el iniciador de la civilización egipcia. Fue venerado al menos desde el Egipto prehistórico tardío hasta el Reino Ptolemaico y el Egipto romano. La historia registra diferentes formas de Horus, que los egiptólogos consideran dioses distintos.[2]​ Estas diversas formas pueden ser diferentes manifestaciones de una misma deidad con múltiples capas en las que se enfatizan ciertos atributos o relaciones sincréticas, no necesariamente opuestas, sino complementarias entre sí, en consonancia con la forma en que los antiguos egipcios veían las múltiples facetas de la realidad.[3]​ A menudo se le representaba como un halcón coronado con el pschent, probablemente un halcón lanario o un halcón peregrino, o como un hombre hieracocéfalo (es decir, con cabeza de halcón).[4]

Su nombre egipcio era Hor (Ḥr), también denominado Heru o Har; Horus es su nombre helenizado (Ώρος).[5]Claudio Eliano escribió que los egipcios llamaban «Horus» en su propia lengua al dios Apolo en el panteón griego.[6]​ Sin embargo, Plutarco, profundizando en la misma tradición relatada por los griegos, especificó que el «Horus» que los egipcios equiparaban con el Apolo griego era en realidad «Horus el Viejo», que es distinto de Horus el hijo de Osiris e Isis (lo que lo convertiría en «Horus el Joven»).[7]

La forma más antigua de Horus de la que se tiene constancia es la deidad tutelar de Nejen (la «Ciudad del Halcón» o Hierakómpolis), en el Alto Egipto, que es el primer dios nacional del que se tenga conocimiento, específicamente relacionado con el faraón gobernante, que con el tiempo llegó a ser considerado como una manifestación de Horus en vida y de Osiris en la muerte.[2]​ Desde el principio, Horus estuvo estrechamente asociado a la monarquía faraónica como dios protector y dinástico. Los seguidores de Horus son, pues, los primeros soberanos que se pusieron bajo su obediencia. A principios del periodo histórico, el halcón sagrado aparece en la paleta del rey Narmer y, a partir de entonces, se asocia constantemente con el poder real.

La relación familiar más comúnmente encontrada describe a Horus como hijo de la diosa Isis y el dios de la resurrección Osiris,[8][1]​ y desempeña un papel clave en el mito de Osiris como heredero de Osiris y rival de Seth, el asesino y hermano de Osiris. En otra tradición, Hathor es considerada su madre y a veces su esposa.[2]​ En el mito más arcaico, Horus y Seth forman una pareja divina caracterizada por la rivalidad, en la que cada uno hiere al otro. De este enfrentamiento surgió Thot, el dios de la Luna, considerado hijo común de ambos. Hacia finales del Reino Antiguo, este mito fue reinterpretado por los sacerdotes de Heliópolis integrando el personaje de Osiris, arquetipo del faraón muerto divinizado. Esta nueva teología marca la aparición del mito osiríaco en el que Horus se presenta como el hijo póstumo de Osiris nacido de los trabajos mágicos de Isis, su madre. En este contexto, Horus desempeña un papel fundamental. Como hijo bondadoso, lucha contra su tío Seth, el asesino de su padre, lo derrota y lo captura. Con Seth humillado, Horus es coronado faraón de Egipto y su padre entronizado como rey del más allá. Sin embargo, antes de poder luchar enérgicamente contra su tío, Horus no es más que un ser enclenque. Como dios-niño (Harpócrates), Horus es el arquetipo de niño pequeño sometido a todos los peligros de la vida. Estuvo a punto de morir en varias ocasiones, pero también es el niño que siempre supera las dificultades de la vida. Como tal, es un dios sanador y salvador muy eficaz contra las fuerzas hostiles.

Además de sus rasgos dinásticos y reales, Horus es una deidad cósmica, un ser fabuloso cuyos dos ojos son el Sol y la Luna. El ojo izquierdo de Horus, u Ojo de Udyat, es un poderoso símbolo asociado a las ofrendas funerarias, a Thot, a la Luna y a sus fases. Este ojo, herido por Seth y curado por Thot, es la estrella nocturna que desaparece y reaparece constantemente en el cielo. Constantemente regenerada, la Luna es la mise en abyme de un renacimiento para todos los muertos egipcios.

En sus múltiples aspectos, Horus es venerado en todas las regiones egipcias. En el Templo de Edfu, uno de los templos ptolemaicos más bellos, el dios recibe la visita anual de la estatua de la diosa Hathor de Dendera y forma, con Harsomtus, una tríada divina. En Kom Ombo, Horus el Viejo (Haroeris) está asociado a Sobek, el dios cocodrilo. Con tal renombre, el culto a Horus se exportó fuera de Egipto, más concretamente a Nubia. A partir del periodo tardío, gracias a los cultos isíacos, la figura de Harpócrates se hizo muy popular en toda la cuenca mediterránea bajo la influencia helenística y luego romana.

  1. a b B., Redford, Donald (2003, ©2002). The Oxford essential guide to Egyptian mythology. Berkley Books. ISBN 042519096X. OCLC 52488347. Consultado el 9 de febrero de 2019. 
  2. a b c Meltzer, Edmund S. (2003). Horus. En Donald B. Redford (ed.), The Oxford Guide: Essential Guide to Egyptian Mythology (pp. 164–168), Berkley, 2003, ISBN 0-425-19096-X.
  3. "The Oxford Guide: Essential Guide to Egyptian Mythology", Edited by Donald B. Redford, p106 & p165, Berkley, 2003, ISBN 0-425-19096-X.
  4. Wilkinson, Richard H. (2003). The Complete Gods and Goddesses of Ancient Egypt. Thames & Hudson. p. 202.
  5. J. Hill (2008). Ancient Egypt online, ed. «Horus». Consultado el 18 de septiembre de 2020. 
  6. «Eliano, Características de los animales, 10.14». 
  7. Plutarco - Moralia, De Iside et Osiride (Isis y Osiris), 12. (356A).
  8. 1924-, Benko, Stephen, (1993). The virgin goddess: studies in the pagan and Christian roots of Mariology. E.J. Brill. ISBN 9004097473. OCLC 27173485. Consultado el 9 de febrero de 2019. 

© MMXXIII Rich X Search. We shall prevail. All rights reserved. Rich X Search