Imperio bizantino

Imperio romano de Oriente
Βασιλεία Ῥωμαίων Basileía Rhōmaíōn
Imperium Rōmānum
Imperio
395-1453
(Interregno de 1204 a 1261)





Desarrollo territorial del Imperio y cada dinastía hasta su caída

Imperio romano de oriente en el año 555 cuando gobernaba Justiniano I.
Coordenadas 41°00′55″N 28°59′05″E / 41.01527778, 28.98472222
Capital Constantinopla[1]
Entidad Imperio
Idioma oficial Griego, Latín
Población (300)  
 • Total 17 000 000 hab.
Superficie hist.    
 • 457[2] 2 500 000 km²
 • 565[2] 3 400 000 km²
 • 775[2]   690 000 km²
 • 1025[2] 1 650 000 km²
 • 1320[2]   120 000 km²
Población hist.    
 • 457[2]est. 20 000 000 hab.
 • 565[2]est. 26 000 000 hab.
 • 775[2]est.   7 000 000 hab.
 • 1025[2]est. 12 000 000 hab.
 • 1320[2]est.   2 000 000 hab.
Religión Iglesia católica (330-1054)
Iglesia ortodoxa (1054-1453)
Moneda Numo, sólido, Hiperpirón
Período histórico Edad Antigua y Edad Media
 • 1 de abril
de 286
Primera división del Imperio (Diarquía)
 • 11 de mayo
de 330
Fundación de Constantinopla por Constantino I
 • 17 de mayo
de 395
División final entre Oriente y Occidente
 • 4 de septiembre
de 476
Caída del Imperio romano de Occidente
 • 16 de julio
de 1054
Cisma de Oriente y Occidente
 • 12 de abril
de 1204
Toma de Constantinopla en la Cuarta Cruzada
 • 25 de julio
de 1261
Reconquista de Constantinopla
 • 29 de mayo
de 1453
Caída definitiva de Constantinopla
Forma de gobierno Autocracia
Emperador
• 395-408
• 1449-1453

Arcadio
Constantino XI
Legislatura Senado bizantino
Precedido por
Sucedido por
Imperio romano
Imperio otomano

Se denomina como Imperio romano de Oriente, Imperio bizantino o, simplemente, Bizancio[3]​ a la mitad oriental del Imperio romano desde el 395, que pervivió durante toda la Edad Media y el comienzo del Renacimiento. Su capital se encontraba en Constantinopla (griego: Κωνσταντινούπολις, actual Estambul), construida sobre la antigua Bizancio, importante ciudad colonial de la Tracia griega fundada hacia el 667 a. C. El Imperio bizantino es también conocido como el Imperio romano de Oriente, especialmente para hacer referencia a sus primeros siglos de existencia, durante la Antigüedad tardía, época en que el Imperio romano de Occidente todavía existía. Debido a su posterior carácter helenístico —al punto de reemplazar al latín por el griego como lengua oficial— algunos historiadores han optado por referirse a este Estado como un imperio esencialmente griego.[4]

A lo largo de su dilatada historia, el Imperio bizantino sufrió numerosos reveses y pérdidas de territorio, especialmente durante las guerras contra los sasánidas, normandos, búlgaros, árabes y, por último, turcos. Aunque su influencia en África del Norte y Oriente Próximo decayó como resultado de estos conflictos, el imperio continuó siendo una importante potencia militar y económica en Europa, Oriente Próximo y el Mediterráneo oriental durante la mayor parte de la Edad Media. Tras una última recuperación durante la dinastía Comneno en el siglo XII, el Imperio comenzó una prolongada decadencia que culminó con la caída de Constantinopla y la conquista del resto de territorios bizantinos por los turcos otomanos en el siglo XV.

Durante este milenio de existencia, el Imperio fue un bastión del cristianismo e impidió el avance del islam hacia Europa Occidental. También fue uno de los principales centros comerciales del mundo, estableciendo una moneda de oro estable que circuló por toda el área mediterránea. Influyó de modo determinante en las leyes, los sistemas políticos y las costumbres de gran parte de Europa y de Oriente Medio, y gracias a él se conservaron y transmitieron muchas de las obras literarias y científicas del mundo clásico y de otras culturas.

En tanto que es la continuación oriental del Imperio romano, su transformación en una entidad cultural diferente de Occidente puede verse como un largo proceso que se inició cuando el emperador Constantino I el Grande trasladó la capital imperial a Constantinopla en el año 330, continuó con la división definitiva del Imperio tras la muerte de Teodosio I en 395 y la posterior caída en 476 del Imperio romano de Occidente, y alcanzó su culminación durante el siglo VII, bajo el emperador Heraclio I, con cuyas reformas el Imperio adquirió un carácter marcadamente diferente al del viejo Imperio romano. Algunos académicos, como Theodor Mommsen, han afirmado que hasta Heraclio puede hablarse con propiedad del Imperio romano de Oriente, pues este sustituyó el antiguo título imperial de «augusto» por el de basileus (palabra griega que significa 'rey' o 'emperador') y reemplazó el latín por el griego como lengua administrativa en el 620, tras lo cual el Imperio tuvo un marcado carácter helénico.

En todo caso, el término Imperio bizantino fue creado por la erudición ilustrada de los siglos XVII y XVIII y nunca fue utilizado por los habitantes de este imperio, que prefirieron denominarlo siempre Imperio romano (en griego: Βασιλεία Ῥωμαίων, Basilía Roméon o Ῥωμανία, Romanía) durante toda su existencia.

  1. Entre 1204 y 1261 el Imperio se dividió en el Imperio de Nicea, el Imperio de Trebisonda y el Despotado de Epiro, todos pretendientes al trono de Constantinopla, que en aquel momento se encontraba bajo dominio cruzado.
  2. a b c d e Treadgold, Warren (2001). A concise history of Byzantium. Palgrave. p. 236. ISBN 9780333718292. 
  3. Griego bizantino: Βασιλεία Ῥωμαίων; griego moderno: Ρωμαϊκό Βασίλειο, Βυζαντινή Αυτοκρατορία, Ανατολική Ρωμαϊκή Αυτοκρατορία, Ρωμανία o solamente, Βυζάντιο; latín: Imperium Romanum Orientale o Imperium Byzantinum.
  4. José A. Marín R. (1998). «El Imperio griego de Bizancio». 

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