Meteco

En la Antigua Grecia, el término meteco significaba simplemente un extranjero que vivía en una de las ciudades-estado griegas. La palabra no tenía el significado peyorativo que tiene hoy día. Como elementos comunes encontramos a los extranjeros que vivían en ellas (polis), pero no eran considerados ciudadanos al igual que las mujeres, esclavos y los libertos (esclavos liberados).

Etimológicamente, la palabra (atestiguada a partir del siglo VI a. C.) viene del griego μέτοικος [métoikos],[1]​ de μέτα [meta], ‘cambio’, y oἶκος [oíkos], ‘casa’; es decir, ‘aquel que ha cambiado de residencia’.

Debían pagar un impuesto especial (τὸ μετοίκιον [to metoíkion]) y no podían disponer de propiedades inmobiliarias, excepto si tenían el privilegio de la ἰσoτέλεια [isotéleia] (‘igualdad de impuestos’). Carecían de derechos políticos, pero estaban obligados a las mismas cargas que los ciudadanos en razón de su riqueza. Se dedicaban a actividades económicas no agrícolas (comerciantes, artesanos).

  1. «meteco», Diccionario de la lengua española (vigésima segunda edición), Real Academia Española, 2001.

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