Mito de la Wehrmacht inocente

El almirante Karl Dönitz (en primer plano, de espaldas) devolviendo el saludo nazi a oficiales de la Wehrmacht reunidos en Francia en 1941.

El mito o la leyenda de la Wehrmacht inocente (en alemán: Saubere Wehrmacht) es la teoría según la cual el cuerpo de fuerzas armadas regulares alemanas, la Wehrmacht, era una institución apolítica, como la Reichswehr de la República de Weimar, a la que sucedió, y era inocente de los crímenes de guerra y de lesa humanidad, como el Holocausto, cometidos durante la Segunda Guerra Mundial, especialmente en el Frente Oriental. Esta teoría, promovida por militares y por diversos escritores,[1]​pero fuertemente desacreditada en la actualidad, no solo niega o relativiza tales crímenes, sino que pretende poner en valor los éxitos militares de la Wehrmacht así como la honorabilidad, el coraje y la disciplina del soldado alemán.[1]

El mito habría sido promovido principalmente por varios escritores alemanes, así como por algunos militares, tras el final de la Segunda Guerra Mundial.[1]​Dicho mito niega la responsabilidad del alto mando militar alemán en la planificación y preparación de crímenes de guerra, incluso en aquellos casos de comprobados crímenes de guerra o guerras de exterminio, particularmente en la Unión Soviética, cuya población era vista por los nazis como «subhumanos» gobernados por conspiradores «bolcheviques judíos». La responsabilidad de tales crímenes es trasladada a los «soldados del Partido» y en especial a las Schutzstaffel (SS), pero no al ejército alemán en su totalidad.[2][3]

El mito se habría originado al comienzo de los Juicios de Núremberg celebrados entre el 20 de noviembre de 1945 y el 1 de octubre de 1946. En este período, el coronel general Franz Halder junto a otros oficiales de la desaparecida Wehrmacht firmaron el memorando de los generales titulado «El ejército alemán de 1920 a 1945», en el cual se presentaron algunos de los elementos clave de este mito. El memorando exculpa a la Wehrmacht de eventuales crímenes de guerra, en un momento en el que los Aliados occidentales estaban cada vez más preocupados por la creciente Guerra Fría y querían que Alemania Occidental comenzara a rearmarse con el fin de contrarrestar la amenaza soviética.

En 1950, el canciller de Alemania Occidental Konrad Adenauer y algunos antiguos oficiales de la Wehrmacht se reunieron en secreto en la abadía de Himmerod para discutir el rearme de Alemania Occidental y acordaron los términos del memorando de Himmerod. Este memorando establecía las condiciones bajo las cuales Alemania Occidental podía rearmarse, como que los acusados por crímenes de guerra fueran liberados, que cesara la «difamación» del soldado alemán, y la opinión que se transformara la visión que el público extranjero tenía de la Wehrmacht. Tal era su creciente preocupación, que Dwight D. Eisenhower, que había calificado a la Wehrmacht como nazi, cambió súbitamente de opinión para facilitar un rearme o Wiederbewaffnung. Los británicos se mostraron reacios a continuar con los juicios y liberaron anticipadamente a los criminales de guerra alemanes ya condenados. En todo caso, la Wehrmacht fue desmantelada en 1945 por los Aliados, y Alemania no volvería a tener fuerzas armadas hasta 1955, cuando se crea en Alemania Occidental la Bundeswehr, y al año siguiente, en 1956, el Ejército Popular Nacional de Alemania Oriental.

El 9 de septiembre de 1939 unos 300 prisioneros de guerra polacos fueron asesinados por soldados del 15.º Regimiento de Infantería Motorizada alemán en la masacre de Ciepielów, Polonia.

Mientras, Adenauer, hacía todo lo posible para atraer los votos de los veteranos de guerra mediante la promulgación de algunas leyes de amnistía, Halder comenzó a trabajar para la División Histórica del Ejército de EE. UU. Su función consistía en reunir y supervisar a los exoficiales de la Wehrmacht para crear una historia oficial, de varios volúmenes, del Frente Oriental.[4]​ Supervisó los escritos de 700 exoficiales alemanes y difundió el mito a través de su red. Los oficiales y generales de la Wehrmacht escribieron memorias exculpatorias que distorsionaban el registro histórico. Estos escritos resultaron enormemente populares, especialmente las memorias de Heinz Guderian y Erich von Manstein, y difundieron aún más el mito entre el público en general.

El año 1995 resultó ser un punto de inflexión en torno a la cuestión del mito de la Wehrmacht inocente, para opinión pública alemana. La exposición de la Wehrmacht realizada por el Instituto de Investigación Social de Hamburgo, que mostró 1380 imágenes gráficas de las tropas «ordinarias» de la Wehrmacht cómplices de crímenes de guerra, provocó un acalorado debate público de larga duración y una revaluación del mito y terminó por desacreditarla entre la opinión pública. La responsabilidad de la Wehrmacht en la guerra de exterminio librada en el frente oriental, por la implementación del Kommissarbefehl, su apoyo a las masacres de judíos cometidas por los Einsatzgruppen y su radicalización en el frente occidental están hoy establecidas y ampliamente reconocidas. Hannes Heer escribió que los crímenes de guerra habían sido encubiertos por eruditos y ex soldados. El historiador alemán Wolfram Wette calificó el mito de la Wehrmacht inocente como un «perjurio colectivo». La generación de la época de la guerra mantuvo el mito con vigor y determinación. Habían suprimido información y manipulado la política gubernamental.

En 2020, en el 76.º aniversario del complot del 20 de julio para asesinar a Adolf Hitler en 1944, la ministra de Defensa alemana, Annegret Kramp-Karrenbauer, dijo: «El simple soldado de la Wehrmacht puede haber luchado con valentía, pero si su valentía sirvió a una ideología de conquista, ocupación y aniquilación, entonces fue en vano».[5]

  1. a b c Beorn, 2014, pp. 12-17.
  2. Fürstenau, Marcel (27 de agosto de 2019). «Exposición muestra imágenes alemanas del ataque a Polonia en 1939». Consultado el 2 de noviembre de 2020. «Años de propaganda desde que los nazis tomaron el poder en 1933 habían logrado el efecto deseado en la mentalidad de la Wehrmacht: Los soldados alemanes aparecieron como dominadores, los polacos fueron difamados como inferiores». 
  3. Bartov, Omer (1999). «Soldiers, Nazis and War in the Third Reich». En Christian Leitz, ed. The Third Reich The Essential Readings (en inglés). Londres: Blackwell. ISBN 9 780631 207009. 
  4. Smelser y Davies, 2008, p. 64.
  5. Michael Kappeler (20 de julio de 2020). «Germany: anti-Hitler plotters a model for today's military». AP News. Consultado el 20 de julio de 2020. 

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