Grabado de José Delgado y Gálvez, 1796. De una manera similar a lo que muestra la imagen, a la vuelta de Fernando VII a España en 1814, un grupo de partidarios del absolutismo desengancharon los caballos de su carruaje y tiraron ellos mismos de él al grito de «Vivan las cadenas», que con el de «Pan y toros» pasó a ser utilizado por los progresistas para dolerse de la condición de atraso de España.Diversión de España, grabado de la serie Los toros de Burdeos, que Francisco de Goya realizó en un espacio tan propicio para la introspección sobre la condición nacional como es el exilio, entre 1824 y 1825. Los toros ya eran la fiesta nacional española por antonomasia, aunque tal condición fuera discutida.