Pintura del Duecento

Taller de los Berlinghieri. CRUCIFIJO. Témpera sobre tabla. Hacia 1220. Pinacoteca Cívica de Lucca.
Pietro Cavallini. El JUICIO FINAL (detalle). Pintura al fresco. Hacia 1293. Iglesia de Santa Cecilia in Transtevere, Roma.
Cenni di Pepo, llamado Cimabue. MADONA IN MAESTA. Témpera sobre tabla. Hacia 1286. Iglesia de la Trinità, actualmente en la Galleria degli Uffizi, Florencia.

La Pintura del Duecento (del término italiano Duecento -Doscientos-, para referirse al numeral de los años del siglo XIII)[1]​ se aplica al periodo de la pintura italiana que en otras partes de Europa Occidental corresponde al comienzo de la pintura gótica, y que en Italia tiene características propias. Proviene de una fusión de las tradiciones del arte bizantino, que fue la forma de pintar más extendida en la Italia medieval, con los primitivos estilos paleocristianos y la herencia del arte clásico. Esta evolución continuó en la Pintura del Trecento (siglo XIV), con las escuelas florentina y sienesa, que desarrollaron un nuevo lenguaje pictórico que finalmente desembocó en el Renacimiento del Quattrocento (siglo XV).

  1. A veces se utiliza Duocento o Ducento. Duocento y Duecento, ambos en Artehistoria.

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