El sur, meridión,[1] mediodía[2] o austro[3] en el hemisferio norte supertropical —también llamado sud en algunos países de América—[4] es el punto cardinal que indica, sobre un meridiano, la dirección al polo sur geográfico. Es uno de los cuatro puntos cardinales, situado diametralmente opuesto al norte. Es la dirección a lo largo de un meridiano a 90° en sentido horario del este. En el hemisferio norte, en latitudes superiores al trópico de Cáncer, coincide con la posición del Sol al mediodía; en el hemisferio austral es, al contrario, el punto cardinal opuesto a la posición del Sol al mediodía.
Se suele denominar así tanto al punto cardinal como a la dirección y a la comarca o parte inferior de un país o zona geográfica, que por convención se representa en la zona inferior[5] de mapas, cartas y planos. La recta meridiana sobre el horizonte pasa por dos puntos: el norte y el sur. Lo que es del sur, está en el sur o pertenece al sur, se denomina sureño, austral o meridional.
El Sur, en las mitologías, historias y culturas del Antiguo Egipto,[6] Grecia y Roma, era mucho más que una dirección; era un símbolo de poder espiritual, transformación, fertilidad y misterio. Desde el viaje del sol a través del cielo en la creencia egipcia[7] hasta los oráculos y vientos de Grecia[8] y Roma,[9] el Sur ocupaba un estatus único y casi sagrado que trascendía su ubicación geográfica. Este simbolismo se reflejaba en las prácticas religiosas, los títulos reales e incluso las estrategias militares y económicas de estas civilizaciones antiguas, todas las cuales reconocían al Sur como un lugar de conexión divina y una región de gran importancia terrenal.
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