El tejido blando es todo el tejido del cuerpo que no se encuentra endurecido por los procesos de osificación o calcificación, como los huesos y los dientes.[1] Los tejido blandos conectan, rodean o sostienen los órganos internos y los huesos, e incluyen músculos, tendones, ligamentos, grasa, tejido fibroso, piel, vasos linfáticos y sanguíneos, fascias y membranas sinoviales.[1][2]
A veces se define por lo que no es, como "mesénquima no epitelial, extraesquelético, exclusivo del sistema reticuloendotelial y la glía".[3]
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